Lo que recibimos en el programa de una asignatura son los contenidos a abordar durante el curso. Es decir, lo que hay que enseñar. Una buena clase toma esos contenidos y los convierte en resultados de aprendizaje (RA). O, en otras palabras, en lo que los estudiantes van a demostrar que aprendieron.
Los RA son enunciados que detallan y hacen concreto el aprendizaje que esperamos ver en los estudiantes. Se trata de especificar claramente qué es lo que van a poder saber, saber hacer o poner en acción –respecto a los contenidos que nos dice el programa–.
Para ello, escribimos enunciados que especifican conductas que podemos observar o analizar, y que forman la base de los criterios a evaluar durante la enseñanza.
Para redactar un RA se deben proponer estas preguntas:
En resumen, un RA especifica CONDUCTAS y CONTENIDOS dentro de un CONTEXTO específico. Por ejemplo:
Al finalizar el módulo, los estudiantes deberían ser capaces de aplicar los principios fundamentales de contratación a la evaluación de cuatro ejemplos de contratos.