Es posible utilizar insumos y materiales relacionados con los contenidos a enseñar y, además, seleccionar actividades que dinamicen el aula virtual, como ser:
- Presentación de los temas del curso por parte de los estudiantes: es decir, en forma individual o grupal, tratan un tema del curso como si fueran el docente.
- Grabaciones de audio o video de clases reales de la asignatura, para comentar.
- Grabaciones de audio o video de entrevistas o conversaciones con otros docentes, con expertos, charlas TED, por ejemplo.
- Grabaciones de audio o video de estudiantes trabajando conjuntamente en una tarea relevante, en relación a los temas del curso.
- Materiales didácticos que se utilizan en otros cursos de la asignatura.
- Ejemplos de producciones escritas de los estudiantes.
- Incidentes críticos (breves estudios de casos).
- Anécdotas de los estudiantes sobre su experiencia con los contenidos –como base para la construcción de nuevos conocimientos o para la elaboración colectiva–.
- Reflexiones sobre las actividades o tareas específicas que los participantes han experimentado en el marco del curso.
- Conferencias: pueden ser interactivas e incluir tareas para que los estudiantes realicen mientras el docente expone.
- Lectura de artículos, libros, blogs, correos electrónicos.
- Repartidos con tareas.
- Simulaciones.
25 técnicas para promover la interacción
- Plan de acción: proponer a los estudiantes que escriban, en el chat de la videoconferencia, tres formas específicas en las que van a aplicar lo aprendido en la clase.
- Bingo: crear cartones de bingo con los contenidos clave de la sesión y utilizarlos como repaso final o como evaluación de lo aprendido. Esto puede realizarse fácilmente, de antemano, en la pizarra virtual.
- Lluvia de ideas: en equipo, a través de grupos de Zoom. Es importante que todos los miembros participen y que uno solo escriba. Primeramente, se anotan todas las contribuciones (cantidad antes que calidad). Pasados dos minutos, se procede a sintetizar y a priorizar lo aportado. Finalmente, cada grupo presenta sus ideas al colectivo.
- Leyendas: presentar una caricatura, dibujo o ilustración –preferentemente graciosa–, relacionada con el tema. Solicitar a los participantes que, en grupos, proporcionen una leyenda o que completen globos de diálogo en blanco.
- Conexiones: en otras palabras, implica relacionar el tema con un dicho, un proverbio, el nombre de película o una canción.
- Póster: solicitar a los estudiantes que creen una pregunta (en cualquier formato) sobre los contenidos de la sesión. En grupos, compartir las preguntas y generar un póster. Luego, cambiar los pósters de grupos, para que los estudiantes vayan respondiendo las preguntas de los otros. Esta actividad puede realizarse a través de un foro o de una aplicación como Padlet.
- Debate: dividir el grupo en dos y darles una posición respecto al tema de la sesión. Cada equipo debe desarrollar argumentos a favor y anticipar potenciales críticas a la misma. Luego de transcurridos unos 10 minutos de discusión, involucrar a los participantes en el debate público.
- Dibujo a mano alzada: solicitar a los participantes que dibujen –no está permitido escribir– los conceptos principales de la sesión. Luego, deberán mostrarlos a través de la cámara y explicarlos a sus compañeros.
- Chequeos de comprensión: pedir a los estudiantes que indiquen cuánto han comprendido de lo trabajado hasta el momento. Pueden utilizar los dedos (1 puede significar muy poco y 5 todo) u otra forma de expresión. También es posible utilizar las reacciones disponibles en las videoconferencias o, si existieran, las encuestas.
- Preguntas de rotafolio: durante la pausa para el café –esos cinco minutos que se dan en medio de una clase en línea– emplear el "rotafolio virtual". En una pizarra virtual de videoconferencias o con una diapositiva, plantear una serie de preguntas sobre el tema abordado o a abordar. Mientras se distienden, los participantes que así lo deseen pueden escribir sus respuestas, de forma anónima. Antes de comenzar la siguiente parte de la clase, solicitar a los estudiantes que lean las respuestas a las preguntas que han dado sus compañeros.
- Una palabra al viento: pedir a los participantes que piensen en una palabra que resuma un aspecto del tema de la sesión y que la griten al unísono. Agrupar a los participantes en grupos de Zoom y solicitarles que discutan la elección de las palabras y que fundamenten su posición. Finalmente, cada grupo deberá decir cuál fue la palabra acordada entre todos.
- Cambio de grupo: dividir a los estudiantes en grupos de cuatro o cinco personas y asignarles un número del 1 al 5. Proporcionarles una tarea, para que discutan aspectos del tema de la sesión, y dar un tiempo límite. Finalizado el debate, solicitar que los números pares se cambien a otro grupo y compartan lo que se trabajó en los grupos originales.
- Enseñanza guiada: preparar una serie de preguntas, alineadas con el desarrollo del tema a tratar en clase. Dividir a los estudiantes en grupos y solicitarles que intenten responder esas preguntas, utilizando lo que saben sobre el tema o su sentido común. Posteriormente, realizar una presentación breve sobre el tema siguiendo el orden de las preguntas. Pedirles a los estudiantes que, nuevamente, respondan las preguntas, esta vez utilizando dichos contenidos. Finalmente, solicitar a los distintos grupos que expliquen las diferencias entre sus respuestas y que compartan la solución de una de las preguntas –quizás, de aquella que les haya resultado más llamativa–.
- Identificar problemas: realizar una presentación breve sobre el tema clave de la sesión. A continuación, solicitar a los participantes que realicen una lluvia de ideas, referida a los distintos problemas que pueden solucionarse utilizando la información de la presentación.
- Mesa redonda: utilizar las mismas reglas que para la lluvia de ideas pero, en este caso, la actividad se realiza en silencio. Cada grupo recibe una hoja de papel y una lapicera. Los distintos miembros, según su turno, proporcionan información relevante respecto a la temática.
- Mapear el tema: en lugar de proporcionar un esquema lineal del tema a tratar en la sesión, presentarlo como un mapa con diferentes caminos y permitir que los participantes seleccionen cómo seguir. Esto puede hacerse fácilmente en un programa de presentaciones como PowerPoint.
- Mezclar y unir: preparar dos series de tarjetas virtuales, con dos colores diferentes –esto puede hacerse en Google Slides, Word o PowerPoint–. En las tarjetas de un color escribir preguntas referidas a los contenidos a cubrir. En las tarjetas del otro color anotar las respuestas. Por correo y antes de la clase, enviar una tarjeta a cada estudiante y pedirles que piensen en la respuesta a la pregunta o en una pregunta para esa respuesta. Luego, a través del chat, los participantes deberán tratar de encontrar la tarjeta correlativa a la de ellos.
- Dos verdades y una mentira: poner a los participantes en duplas. Cada par deberá preparar tres aseveraciones respecto al tema de la sesión: dos verdaderas y una falsa. Unir dos duplas para que compartan sus aseveraciones y para que identifiquen y corrijan la equivocada.
- Preguntas de los participantes: antes de la pausa del café, pedir a los estudiantes que piensen en una pregunta sobre el tema y la escriban en la pizarra virtual o en una aplicación tipo Padlet. Al volver de la pausa, pedir que todos juntos organicen las preguntas realizadas y que seleccionen las cinco cuyas respuestas creen que son más relevantes de conseguir. Primero tratar de que el grupo las responda. Si no pueden, entonces el docente deberá hacerlo.
- Leer y reaccionar: seleccionar un texto breve sobre el tema de la sesión y enviar una copia a cada participante. Luego de leerlo, cada participante compartirá, en plenario, su reacción al texto.
- Frases célebres y ceños fruncidos: elegir un texto que abarque la totalidad del tema de la clase, pero que no tenga más de dos carillas. Enviar una copia a cada participante y solicitar que resalten o subrayen lo que consideren que sea una “frase célebre”. Es decir, secciones que puedan citarse, que expliquen conceptos en forma clara o que se adecuen a las necesidades de los participantes. Al mismo tiempo, pedirles que tachen con una línea fina (pero que permita la lectura) aquellas partes del texto que les hacen “fruncir el ceño”. En otras palabras, aquellos conceptos con los que no están de acuerdo, que no son claros o que contradicen el sentido común. En la clase, los estudiantes deberán compartir sus hallazgos, primero en grupos, y luego en plenario.
- Repaso en grupos: dividir a los estudiantes en grupos y solicitarles que repasen el material trabajado hasta el momento. Posteriormente, cada equipo comparte con el resto tres ideas que creen que son las principales o las más relevantes.
- Dedo para arriba, dedo para abajo: preparar una serie de preguntas, que se puedan responder con sí o no, o con verdadero o falso. Durante la sesión, realizar las preguntas en voz alta. Los participantes deberán responder con sus dedos pulgares hacia arriba (por sí o cuando sea verdadero) o hacia abajo (por no o cuando sea falso).
- Nube conceptual: solicitar a los participantes que utilicen las aplicaciones Wordle o Tagxedo –herramientas en línea, por lo que no se necesita descargarlas– para crear, utilizando las palabras clave de la sesión, una nube conceptual.
- Crucigramas: utilizar la aplicación en línea de la red Discovery para crear crucigramas y otros juegos de palabra para repasar o consolidar conceptos clave.
Texto adaptado de Díaz Maggioli, G. (2012). Teaching language teachers: Scaffolding profesional learning. Rowman & Littlefield Education.