Los profesores queremos que nuestros estudiantes desarrollen el pensamiento crítico, pero muy pocos de nosotros realmente lo enseñamos o, incluso, entendemos lo que significa e implica. Las investigaciones en este campo nos dicen que los estudiantes aprenden a pensar de manera crítica sólo después de recibir una enseñanza sistemática que desarrolle esta habilidad.
Por ello, es imprescindible que los profesores diseñemos los cursos, explícita e intencionalmente, para fomentar las habilidades de pensamiento crítico en los estudiantes. Para esto, debemos empezar por formular los resultados de aprendizaje utilizando verbos operativos y medibles, y diseñar nuestros cursos en torno al logro de los mismos.
Si bien hay mucha divergencia en cuanto al significado de lo que es el pensamiento crítico, todos están de acuerdo en que se trata de las operaciones cognitivas de interpretación, análisis y evaluación. También que, para que los estudiantes lo desarrollen, tienen que aprender a hacerlo a través de la metodología de enseñanza.
Para desarrollar el pensamiento crítico, los estudiantes deben estar dispuestos a buscar "la verdad" por encima de sus propios prejuicios, persistir a través de desafíos, evaluar sus viejas ideas y pensamientos y “abrirse” a nuevas ideas. Estas "virtudes" intelectuales no vienen fácilmente ni naturalmente.
Los expertos indican que el rol que cumple el profesor, al formular preguntas abiertas y desafiantes, es central a la hora de desarrollar el pensamiento crítico.
El tipo de preguntas a plantear, por el profesor, después que el estudiante da una respuesta, deberían servir para indagar, con mayor profundidad, su posición.
Por ejemplo:
- ¿Cuál es la interpretación o análisis que haces sobre este tema, dato o argumento?
- ¿Cuáles son las razones que esgrimes para apoyar esta interpretación? ¿En qué evidencias te basas?
- ¿Qué otra interpretación podría hacerse sobre este tema, dato o argumento?
- ¿Cuáles son las implicancias de tu posición, postura o interpretación?
- Si evaluamos todas las interpretaciones, ¿cuán fuerte es la evidencia de cada una?
- ¿Qué información adicional sería necesaria?
Estas preguntas ayudan a los estudiantes a describir y explicar cómo llegaron a esa respuesta lo cual, también, desarrolla su capacidad metacognitiva y de razonamiento.
Los métodos activos de enseñanza desarrollan, más que otros, la capacidad de análisis y de evaluación. El análisis de casos, la simulación, el juego de roles (role playing), los debates, son actividades de aprendizaje que despiertan la curiosidad, estimulan el cuestionamiento e inducen a explicar y justificar los argumentos.
Por último, tenemos que recordar que los profesores somos modelos a seguir. Los estudiantes deben observar que también cuestionamos nuestras propias opiniones y valores, presentamos múltiples perspectivas y estamos abiertos a diferentes puntos de vista –muchas veces opuestos a los propios–. Cuando hacemos esto, debemos explicitar a los estudiantes que estamos practicando el pensamiento crítico.
Leer el artículo original (en inglés).
The article “Teaching Critical Thinking: Some Practical Points”, by Linda B. Nilson, October, 24th, 2016, is translated with permission of Magna Publications. Magna Publications grants ORT University Uruguay permission to translate this article into Spanish. “Reprinted with permission”