En general, el docente es el encargado de exponer el conocimiento y de asignar tareas para que el alumno realice fuera del aula. La clase invertida se trata de un modelo que propone cambiar dichos roles, para maximizar el tiempo de clase, y realizar actividades de aprendizaje más significativas.
En su opinión y experiencia, Mousques manifestó que la clase invertida exige más trabajo tanto a estudiantes como a docentes –ya que los primeros tienen que estudiar fuera de clase y los segundos preparar el material y las dinámicas–.
Sin embargo, también aseguró que tiene múltiples beneficios: los estudiantes concurren más a clase, la participación aumenta y, entre otras cuestiones, las repuestas en los exámenes tienen más profundidad y calidad.
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