La retroalimentación es una parte fundamental del ciclo de aprendizaje, cuyo propósito es darle al estudiante la información necesaria para comprender las fortalezas y debilidades de su trabajo.
Para ser efectiva, la retroalimentación debe ser:
- Oportuna: cuanto más se demora, menos probable que sea significativa o relevante, ya que los estudiantes habrán pasado a otro tema. Poder dar una retroalimentación oportuna requiere que el profesor administre bien su tiempo.
- Estimulante y constructiva: se debe comunicar con precisión si se han logrado los resultados de aprendizaje, así como brindar información sobre la calidad del proceso y del trabajo. Es necesario que dicha comunicación se concentre en los puntos positivos y, al señalar los negativos, se haga de tal manera que ayude a mejorar: sin emocionalidades y mostrando qué habría que hacer distinto la próxima vez.
- Racional: los estudiantes necesitan ver una relación clara entre lo que se esperaba del trabajo (los resultados de aprendizaje) y los criterios de evaluación previamente establecidos y comunicados.
En grupos numerosos, dar retroalimentación puede ser un arduo trabajo. Sin embargo, existen diversas estrategias para que sea más sencillo. Por ejemplo:
- Dar retroalimentación a los estudiantes en grupo. Eso puede ayudarlos a darse cuenta de que no son únicamente ellos quienes cometen errores.
- Usar “bancos de comentarios”. Se trata de respuestas sistematizadas, que se han elaborado con anticipación, en base a las experiencias pasadas.
- Ser selectivo. Dar retroalimentación sobre los dos o tres mejores trabajos.
- Proponer respuestas modélicas luego de una evaluación basada en preguntas.
- Usar códigos para corregir los trabajos –en vez de poner comentarios, a cada estudiante, de puño y letra–. Luego, explicar los códigos, en un bloque de clase destinado a la retroalimentación.
- Usar las funcionalidades que ofrece la plataforma Aulas para dar retroalimentación en línea.
La retroalimentación después del examen
Muchas veces no se acostumbra a dar devoluciones sobre los exámenes porque se considera que es el momento final del curso. Al mismo tiempo, si el estudiante completó con éxito un examen, se piensa que no es necesario decirle cómo y por qué aprobó.
Sin embargo, es importante entender que brindar retroalimentación favorece el aprendizaje y, en consecuencia, se debe hacer un esfuerzo para brindar una devolución que detecte las fortalezas y debilidades del trabajo, prueba o proyecto.
Ver también:
- Pasos para diseñar un sistema de evaluación
- Retroalimentar sí, pero... ¿cómo hacerlo sobre bases objetivas?
Elaborado por la Mag. Liliana Jabif, coordinadora académica del Centro de Actualización en la Enseñanza Superior (CAES).